BLOQUE 5 – La ilusión reformista y el cerco conservador (1916–1930)
El pueblo vota, pero no gobierna. El poder real resiste, se reacomoda y prepara su regreso.
En 1916, por primera vez en la historia argentina, un presidente llega al poder por el voto universal, secreto y obligatorio (Ley Sáenz Peña, 1912, implementada en las elecciones presidenciales de ese año): Hipólito Yrigoyen, líder de la Unión Cívica Radical. Después de décadas de fraude, represión y gobiernos para las élites, una parte del pueblo cree que comienza algo nuevo.
Pero el modelo económico ya estaba armado. El andamiaje del saqueo no se desmonta con un voto: la concentración de la tierra persiste, la economía sigue atada al puerto y la deuda externa continúa. El poder real, lejos de retirarse, refina sus estrategias.
I. El acceso al gobierno, no al poder
Yrigoyen representa una esperanza de democratización. Su gestión marca un cambio político superficial, pero no altera la estructura económica ni la distribución de la tierra. Aplica políticas de mediación entre capital y trabajo, impulsa leyes laborales (jornada de 8 horas para empleados de comercio, regulación del trabajo femenino e infantil), crea YPF en 1922 bajo la dirección de Enrique Mosconi, interviene provincias con gobiernos oligárquicos y busca ampliar la educación. Sin embargo:
-
No impulsa una reforma agraria.
-
No promueve un plan de industrialización sostenida.
-
No confronta de forma directa con el capital extranjero.
La UCR accede al gobierno, pero los resortes del poder real siguen bajo la oligarquía terrateniente y el capital británico (ferrocarriles, bancos, exportaciones).
II. La economía de posguerra y el freno estructural
La Primera Guerra Mundial alteró el comercio global. Argentina, proveedora de alimentos, experimentó un auge coyuntural. Pero con el fin de la guerra, el país regresó a su rol periférico: productor primario, tomador de precios en los mercados internacionales.
Yrigoyen intenta proteger a la industria local naciente mediante aranceles y contratos estatales, pero enfrenta:
-
Una elite agroexportadora que quiere restaurar la normalidad prebélica.
-
Empresarios y capitales extranjeros que presionan para mantener privilegios.
-
Prensa oligárquica (La Nación, La Prensa) que hostiga su figura y políticas.
Las huelgas crecen, así como las tensiones sociales. Entre 1919 y 1921 se producen conflictos emblemáticos como la Semana Trágica en Buenos Aires y las huelgas patagónicas de peones rurales, reprimidas con miles de muertos.
III. La reacción conservadora y los márgenes de la democracia
En 1928, Yrigoyen es reelecto con amplia mayoría. Sin embargo, es un presidente ya envejecido, aislado y con un contexto internacional adverso: la crisis de 1929 golpea las exportaciones argentinas y agrava las tensiones económicas y sociales.
El 6 de septiembre de 1930, el general José Félix Uriburu, con apoyo de sectores militares, la Sociedad Rural, parte del empresariado y beneplácito de la Embajada estadounidense, derroca al gobierno constitucional.
Comienza así la Década Infame, que revertirá los avances institucionales y reinstalará el poder oligárquico en forma abierta.
EL PLAN
¿Quiénes lo hicieron?
-
Oligarquía agroexportadora (Sociedad Rural Argentina).
-
Capital extranjero (principalmente británico en ferrocarriles y servicios).
-
Prensa conservadora (La Nación, La Prensa).
-
Ejército como garante del orden social.
¿Qué mecanismos usaron?
-
Campaña mediática de desprestigio.
-
Obstrucción económica y boicot empresarial.
-
Deslegitimación institucional de la UCR.
-
Golpe militar como último recurso.
¿A costa de qué?
-
Interrupción del primer gobierno popular con base electoral amplia.
-
Frustración de una política industrial independiente.
-
Imposibilidad de construir un Estado moderno no colonial.
-
Legitimación del golpe como “corrección” de la democracia.
¿Cómo se repitió?
-
El golpe de 1930 sentó precedente para futuras interrupciones democráticas.
-
La alianza poder económico–fuerzas armadas–medios quedó institucionalizada.
-
Persistencia del modelo extractivo con fachada republicana.
🔁 Puente hacia el siguiente bloque
La Década Infame (1930–1943) será la restauración sin tapujos del poder oligárquico, ahora con fraude sistemático y pactos con potencias extranjeras. Sin embargo, también germinarán las semillas de una Argentina industrial y obrera que irrumpirá en la escena pocos años después.