📘 Capítulo: Eduardo Elsztain / IRSA – Cresud
La tierra prometida: finanzas, agro y ciudad bajo una misma mano
1. Origen y consolidación del actor
Eduardo Sergio Elsztain, nacido en 1960, proviene de una familia de origen judío de clase media alta en Buenos Aires. Se formó como contador público en la UBA y comenzó en el mundo de los negocios inmobiliarios en los años 80. Su salto estratégico se dio en los 90, tras su vínculo con el multimillonario especulador húngaro-israelí George Soros, quien le confió decenas de millones de dólares para invertir en tierras y activos en la Argentina post-privatizaciones.
Así, Elsztain consolidó el Grupo IRSA (Inversiones y Representaciones S.A.), al que sumó la firma Cresud, con la cual adquirió y controló cientos de miles de hectáreas productivas, además de urbanizar, financiar y concentrar patrimonio inmobiliario sin precedentes.
Hoy es el mayor terrateniente privado del país y el actor dominante en múltiples rubros: campo, city porteña, shoppings, hoteles, desarrollos urbanos, bancos y fideicomisos financieros.
2. Sectores donde opera
La red empresarial de Elsztain controla o interviene en:
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Agroindustria: a través de Cresud, posee más de 800.000 hectáreas en Argentina, Bolivia, Brasil y Paraguay.
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Bienes raíces: a través de IRSA Propiedades Comerciales, controla los principales shoppings del país: Abasto, Alto Palermo, Patio Bullrich, DOT, entre otros.
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Desarrollo urbano: desarrollos de lujo en Puerto Madero y barrios premium.
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Finanzas y banca: accionista mayoritario del Banco Hipotecario, gestor de fideicomisos estatales para obras públicas, créditos y viviendas sociales.
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Hotelería de lujo: como el Llao Llao en Bariloche.
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Relaciones internacionales y filantropía geopolítica: vínculos con el Congreso Judío Mundial, fundaciones israelíes, embajadas y centros de poder internacional.
3. Métodos de extracción o concentración
El crecimiento del emporio Elsztain se dio mediante operaciones estructurales, legales y financieras, favorecidas por el Estado argentino y el contexto de desregulación de los 90:
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Compra masiva de tierras tras la apertura del mercado: con fondos de Soros, adquirió tierras rurales a bajo precio en los 90, cuando muchos pequeños productores quebraban.
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Estrategia bursátil y financiera: IRSA y Cresud cotizan en la Bolsa de Buenos Aires y de Nueva York, lo que permitió captar capital externo y operar con sofisticación financiera.
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Fideicomisos públicos/privados: control del Banco Hipotecario le permitió manejar fideicomisos oficiales como el FONAVI, el Plan Procrear y otros instrumentos que canalizan fondos estatales hacia desarrollos urbanos controlados por su red.
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Captura de renta urbana: concentración de centros comerciales, tierras estratégicas, edificios y hoteles en zonas clave de CABA y Bariloche.
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Uso de exenciones fiscales, créditos estatales y alianzas político-institucionales para avanzar en desarrollos, obras, licitaciones y créditos preferenciales.
4. Vínculos políticos y redes de poder
Elsztain ha mantenido una relación fluida, no partidaria, con todos los gobiernos, sosteniéndose como actor “técnico” del poder económico:
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Gobierno de Menem: fue su período de expansión fundacional, aprovechando privatizaciones y la crisis del agro.
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Gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner: controló el Banco Hipotecario y ejecutó fideicomisos de políticas públicas de vivienda, sin objeciones relevantes desde el Ejecutivo.
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Gobierno de Macri: buena sintonía con el discurso del “emprendedor exitoso” y continuidad de sus privilegios.
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Organismos internacionales: relaciones fluidas con el Banco Mundial, BID, y estructuras globales del poder financiero.
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Relaciones institucionales religiosas y diplomáticas: miembro activo de la comunidad judía internacional, fue presidente del Congreso Judío Latinoamericano y mantiene nexos con diplomáticos, fundaciones y centros de poder global, particularmente en EE.UU. e Israel.
5. Consecuencias para el país y la sociedad
El modelo de Elsztain es una síntesis perfecta del neoliberalismo argentino aplicado al territorio, la ciudad y la renta:
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Concentración de la tierra rural: más de 800.000 hectáreas bajo control privado, expulsión indirecta de campesinos y concentración del agro en manos corporativas.
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Gentrificación urbana: desarrollos inmobiliarios que encarecen el acceso a la vivienda, expulsan a sectores populares y privilegian la lógica del capital financiero en la ciudad.
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Fusión de lo público y lo privado: a través del Hipotecario, Elsztain gestiona fondos del Estado como si fueran propios, mientras define qué se construye, dónde, con qué márgenes y a quién se le alquila o vende.
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Privatización del espacio público: los shoppings se convirtieron en “espacios urbanos” de circulación masiva bajo lógica privada, donde el consumo reemplaza al encuentro ciudadano.
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Captura de la renta urbana: gran parte del valor generado por la ciudad es apropiado por su red inmobiliaria.
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Blindaje mediático y judicial: escasa crítica pública, a pesar de su rol estructural en la concentración de tierras, renta y espacio urbano.
6. ¿Saben lo que hacen?
Sí. Elsztain es un operador racional, planificado y profundamente estratégico. No improvisa. Entiende el funcionamiento del capital financiero global, la política local y el valor estructural de la tierra.
Sus operaciones no son ilegales, pero sí son profundamente lesivas para el interés colectivo. Maneja activos esenciales del país con una lógica puramente rentística, sin reinversión estructural ni distribución.
Sabe perfectamente que controla zonas productivas, áreas urbanas y flujos financieros esenciales para el país, y utiliza ese poder para multiplicar su influencia sin exponerse al conflicto político directo.
7. Conclusión: su rol en la continuidad del modelo de país
Eduardo Elsztain representa el modelo de país donde la tierra, el crédito, la ciudad y el Estado convergen en manos privadas para multiplicar rentas. Su figura encarna la versión sofisticada del terrateniente moderno, ya no ligado al alambre de púa, sino al fideicomiso, la bolsa y la política de vivienda estatal.
Mientras se habla de “mercado” y “desarrollo”, su red define qué ciudad tenemos, qué campo queda, quién accede a la vivienda y a qué costo.
Es, sin exageración, uno de los actores más influyentes y menos discutidos del poder real argentino.
🔁 Contracara: ¿Cómo sería este rol al servicio del desarrollo nacional?
Ser el mayor terrateniente del país, manejar fondos de inversión, construir centros comerciales, controlar tierras productivas y participar en bancos no es en sí mismo una amenaza para la soberanía, si ese poder se pone al servicio de un proyecto nacional.
El problema no es ser dueño de tierras o edificios: es usarlos como plataforma de especulación, extranjerización y vaciamiento.
Un Elsztain con compromiso real con la Argentina podría haber:
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Puesto a disposición parte de su tierra para producción alimentaria diversificada, agroecológica y con ocupación territorial justa, en vez de soja extensiva para exportación sin valor agregado.
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Iniciado desarrollos urbanos accesibles y ecológicos, en lugar de financiar torres y shoppings para sectores premium que expulsan y encarecen.
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Participado en fideicomisos productivos para viviendas populares, infraestructura social y soberanía energética, no solo en renta urbana.
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Garantizado condiciones laborales dignas y participación obrera en los grandes centros comerciales que administra.
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Fortalecido cadenas de valor industriales desde la producción primaria que controla, generando empleo federal e innovación.
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Defendido un sistema financiero nacional orientado al crédito productivo, no a la especulación inmobiliaria y la fuga de capitales.
Un empresario así hubiera sido un aliado estratégico de cualquier proyecto de justicia social, integración territorial y soberanía productiva.
Pero prefirió ser el señor de la tierra vacía, el rey de la renta urbana, el amigo de BlackRock y el socio de bancos extranjeros.
Porque cuando el capital se retira de la sociedad para blindarse en sí mismo, lo que queda no es desarrollo: es desierto con country.