📘 Capítulo: Fundación Mediterránea

Engranaje técnico-ideológico del saqueo estructural argentino


1. Origen y consolidación del actor

La Fundación Mediterránea fue creada en 1977 en Córdoba, en pleno auge del régimen militar, por un conjunto de empresarios industriales, agrarios y financieros del centro del país. Su primer presidente fue Piero Astori, dueño de la metalúrgica Aceros Reunidos. La iniciativa surgió como una respuesta del empresariado cordobés al desplazamiento del centro económico hacia Buenos Aires, pero rápidamente se transformó en un tanque de pensamiento económico ultraliberal, dotado de recursos, contactos y capacidad de incidencia nacional.

Desde su origen, se propuso formar cuadros técnicos, intervenir en la política económica y articular intereses del empresariado regional con el proyecto de apertura y desregulación de la dictadura. Para ello, creó su brazo de investigación económica: el IERAL (Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana).

La Fundación no solo sobrevivió al regreso democrático en 1983, sino que ganó centralidad en la década siguiente: Domingo Cavallo, uno de sus economistas estrella, fue designado Canciller y luego Ministro de Economía de Menem, desde donde aplicó las políticas estructurales que la Fundación venía promoviendo desde hacía años.


2. Sectores donde opera

La Fundación Mediterránea no opera directamente en sectores productivos, pero su influencia se proyecta sobre todos ellos al condicionar la política económica nacional. Sus áreas de acción han sido:

  • Política fiscal y monetaria: diseño de planes de ajuste, reforma del Estado, convertibilidad.

  • Relaciones internacionales: alineamiento con EE.UU., liberalización del comercio.

  • Sector agroexportador: impulso de políticas favorables a la renta agraria y eliminación de retenciones.

  • Infraestructura y privatizaciones: diseño y justificación técnica de programas de transferencia de activos públicos.

Su intervención se da mediante la formación de cuadros económicos, la producción de informes técnicos y la incidencia directa en la gestión pública, colocando funcionarios en posiciones clave.


3. Métodos de extracción o concentración

La Fundación Mediterránea ha sido un actor clave en el andamiaje técnico del saqueo estructural a través de:

  • Formulación de políticas neoliberales legitimadas con lenguaje técnico-económico.

  • Provisión de cuadros económicos a gobiernos de desregulación (principalmente Menem, pero también De la Rúa y, en 2023, el equipo propuesto por Javier Milei).

  • Articulación entre capital regional y capital financiero internacional (la apertura comercial y la convertibilidad sirvieron a ambos intereses).

  • Colonización del discurso público y académico, a través del IERAL, como “expertos” en economía regional y nacional.

No opera directamente con mecanismos de evasión o fuga, pero crea el marco intelectual, jurídico y político que permite que esos procesos ocurran con legitimidad pública.


4. Vínculos políticos y redes de poder

La Fundación Mediterránea ha tejido durante décadas una red de relaciones con gobiernos, partidos y organismos internacionales, que le ha permitido sostener su influencia más allá de los vaivenes electorales.

  • Gobierno de Menem: Cavallo implementó la agenda completa del IERAL desde el Ministerio de Economía.

  • Gobierno de De la Rúa: José Luis Machinea, también vinculado al IERAL, ocupó Economía.

  • Gobierno de Milei (2023): Carlos Melconian fue propuesto como Ministro de Economía (finalmente desplazado), y varios técnicos del IERAL ingresaron al gobierno.

  • Relaciones internacionales: vínculos fluidos con el FMI, el Banco Mundial, la Fundación Ford y centros de estudios de EE.UU. y Europa.

  • Vínculos empresariales: financiamiento histórico por parte de grandes firmas cordobesas (Arcor, Aceitera General Deheza, Grupo Roggio, Banco Macro, etc.).

La Fundación no solo asesora sino que forma ministros, legitima programas económicos y construye consenso técnico en los medios de comunicación.


5. Consecuencias para el país y la sociedad

El impacto de la Fundación Mediterránea en el modelo argentino ha sido profundo:

  • Destrucción del aparato productivo nacional durante los 90s: la apertura comercial y el tipo de cambio fijo promovido por Cavallo derivaron en la quiebra masiva de pymes industriales.

  • Privatización generalizada de activos estratégicos: muchas de las empresas públicas se vendieron siguiendo el modelo justificado por el IERAL.

  • Concentración del ingreso: los planes económicos que impulsó favorecieron al capital financiero y agroexportador, en detrimento del empleo, la industria y la soberanía económica.

  • Deuda externa: tanto en 1982 (cuando Cavallo estatizó deudas privadas), como en los 90 y 2001, sus cuadros impulsaron políticas de endeudamiento y fuga, con consecuencias a largo plazo.

  • Reducción de la autonomía política: al legitimar la intervención del FMI y condicionar la política económica nacional a lineamientos tecnocráticos, debilitó la soberanía democrática.


6. ¿Saben lo que hacen?

La Fundación Mediterránea sabe perfectamente lo que hace. Su accionar no es accidental ni ingenuo: responde a intereses de clase, de sector y de modelo de país. Desde sus inicios, su función fue organizar políticamente al empresariado cordobés y transformarlo en fuerza nacional a través de la técnica económica. No es un grupo de académicos aislados, sino una central político-empresarial con fines claros: maximizar ganancias privadas, reducir el rol del Estado, alinear el país con las exigencias del mercado global y mantener un orden económico funcional al poder concentrado.

No hay margen para pensar en inocencia: los resultados de sus planes fueron analizados, medidos y defendidos aun cuando provocaban desempleo, endeudamiento o desindustrialización.


7. Conclusión: su rol en la continuidad del modelo de país

La Fundación Mediterránea ha sido, durante más de 45 años, uno de los cerebros técnicos más eficaces del saqueo estructural argentino. A diferencia de empresarios o fondos que buscan lucro directo, su tarea ha sido generar las condiciones para que ese lucro se vuelva posible y legítimo. Ha formado ministros, influido en gobiernos democráticos y dictaduras, redactado los marcos regulatorios que favorecen al capital concentrado, y cultivado una imagen de “neutralidad técnica” mientras actuaba como brazo político de sectores oligárquicos.

Hoy, lejos de haberse retirado, vuelve a ocupar un lugar central en la discusión pública y en la estrategia económica del oficialismo actual, demostrando que el poder real no se jubila: muta, reaparece, y continúa moldeando el país desde las sombras del saber autorizado.


🔁 Contracara: ¿Cómo sería este rol al servicio del desarrollo nacional?

Una fundación de pensamiento económico y un instituto de investigación como IERAL podrían ser herramientas formidables para el diseño de políticas públicas soberanas, federales y sustentables, si su objetivo fuera el bienestar colectivo y no el ajuste permanente.

El problema no es que existan think tanks: el problema es cuando su única función es justificar la concentración, la extranjerización y la dependencia bajo el ropaje de la “ciencia económica”.

Una Fundación Mediterránea patriótica podría haber:

  • Producido conocimiento al servicio del desarrollo regional real, integrando a Córdoba, el NOA y el NEA en una estrategia productiva nacional con justicia territorial.

  • Propuesto políticas fiscales y monetarias al servicio de la industria, el empleo y la ciencia, no del ajuste y la bicicleta financiera.

  • Formado cuadros técnicos con sensibilidad social y formación histórica, no repetidores de manuales del FMI.

  • Impulsado propuestas económicas con equidad distributiva, entendiendo que sin inclusión no hay desarrollo posible.

  • Defendido la regulación del comercio exterior y el sistema financiero, en vez de promover la apertura irrestricta y la fuga de capitales.

  • Participado de debates públicos con pluralismo y rigor, no como maquinaria de lobby de los grandes grupos empresariales.

Una usina de pensamiento como esa podría haber sido la contracara técnica del saqueo, la voz federal del conocimiento económico argentino, y el punto de encuentro entre el saber y el pueblo.

Pero eligieron ser el gabinete técnico de Martínez de Hoz, Cavallo y Milei, el cerebro del despojo racionalizado, la coartada estadística del dolor social.

Porque el pensamiento económico no es neutral: es trinchera o blindaje.
Y la Fundación Mediterránea eligió blindar al poder, no pensar la Nación.