📘 Capítulo: Héctor Magnetto - Grupo Clarín
La voz del poder: medios como estructura del saqueo
1. Origen y consolidación del actor
Héctor Horacio Magnetto nació en 1944 en la provincia de Buenos Aires. De formación contador, ingresó al diario Clarín en los años 70 como asesor financiero. Pronto ascendió en el grupo y se convirtió en su hombre fuerte a partir de la dictadura militar de 1976, desplazando a la dirección original de la viuda del fundador, Ernestina Herrera de Noble, a quien subordinó en la práctica.
A partir de ese momento, Magnetto transformó al diario en un multimedios hegemónico. Aprovechó las condiciones políticas y económicas del régimen militar y, posteriormente, de las reformas estructurales de los años 90 para concentrar medios, ampliar su influencia y convertirse en uno de los actores más poderosos de la Argentina contemporánea.
Desde hace más de cuatro décadas, Magnetto actúa como constructor de sentido común, garante de impunidad para el poder económico y operador político en las sombras.
2. Sectores donde opera
El Grupo Clarín se expandió desde el diario homónimo a múltiples sectores estratégicos de la comunicación y la información:
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Prensa escrita: diario Clarín (el de mayor tirada), Olé, La Voz del Interior.
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Radio y televisión: Radio Mitre, Canal 13, Todo Noticias (TN).
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TV por cable e internet: Cablevisión, Fibertel (fusionadas luego con Telecom).
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Producción audiovisual: Artear, Pol-ka, Ideas del Sur (participación histórica).
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Papel prensa: principal productor nacional de papel para diarios, en sociedad con La Nación.
A través de esta estructura, el Grupo controla el acceso a la información, el entretenimiento, el cable y la conectividad de millones de argentinos, con presencia transversal en todos los segmentos del consumo mediático.
3. Métodos de extracción o concentración
Magnetto y el Grupo Clarín no extraen recursos naturales, pero son responsables de un modo de concentración y captura simbólica, cultural y económica profundamente estructural al modelo de saqueo argentino. Sus métodos han sido:
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Apropiación forzada de Papel Prensa en 1976, junto con La Nación y La Razón, bajo el amparo del terrorismo de Estado. La familia Graiver —anterior propietaria— fue secuestrada y torturada. Clarín adquirió las acciones a precio vil y con apoyo directo del gobierno militar. Desde entonces, dominó el insumo básico del periodismo impreso.
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Uso de la pauta oficial y lobby legislativo para frenar leyes que afectaran su poder, como en el caso de la Ley de Medios (2009), que judicializó durante años hasta que fue desactivada políticamente.
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Expansión monopólica a través de fusiones autorizadas por gobiernos aliados, como la fusión entre Cablevisión y Multicanal durante el menemismo, y luego con Telecom en la era Macri, creando un gigante de telecomunicaciones.
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Construcción de relatos funcionales a los intereses económicos que defiende: campañas de demonización de gobiernos populares, protección discursiva de empresarios y financistas aliados, instalación de consensos neoliberales.
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Blindaje simbólico de represores, banqueros, privatizadores y operadores del saqueo, mientras ataca sistemáticamente a movimientos sociales, sindicatos, cooperativas o experiencias alternativas de comunicación y economía.
4. Vínculos políticos y redes de poder
Magnetto ha mantenido vínculos con todos los poderes políticos desde 1976, adaptando sus alianzas según conveniencia estratégica. Entre sus relaciones clave:
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Dictadura militar (1976–1983): la apropiación de Papel Prensa fue posible gracias al apoyo de Videla y la estructura represiva del Estado. Clarín no solo apoyó el golpe, sino que lo celebró editorialmente y ocultó el genocidio sistemáticamente.
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Gobiernos de Alfonsín y Menem: durante la democracia, Magnetto pactó con Alfonsín la continuidad de sus negocios y con Menem logró la desregulación total del mercado de medios, ampliando su poder a niveles inéditos.
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Kirchnerismo (2003–2015): el único período de enfrentamiento abierto. Tras el conflicto por la 125 (retenciones móviles), Clarín se volvió opositor frontal, construyendo una narrativa de “dictadura populista” y blindando judicialmente sus intereses.
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Gobierno de Macri (2015–2019): relación de cooperación total. Recibió el visto bueno para fusionar Cablevisión con Telecom, consolidando su monopolio en telecomunicaciones y contenidos digitales.
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Estructura judicial: Magnetto ha contado con protección judicial para sus operaciones más polémicas (Papel Prensa, monopolio mediático, impugnación de leyes) gracias a una red de jueces, fiscales y estudios jurídicos aliados.
5. Consecuencias para el país y la sociedad
La acumulación de poder por parte del Grupo Clarín ha tenido efectos profundos en la democracia argentina:
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Pérdida de pluralidad informativa: controla buena parte del espectro audiovisual, la prensa escrita y el cable, limitando el debate público y reduciendo las voces críticas.
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Condicionamiento permanente de la política: ningún gobierno puede ignorar a Clarín sin enfrentar una guerra mediática. Esto limita la autonomía democrática y genera un poder de veto informal.
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Naturalización de las políticas de ajuste y entrega: mediante editoriales, noticieros y series, se promueve la idea de que el “gasto público es el problema”, que “los mercados son la solución” y que “los reclamos sociales son extorsión”.
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Impunidad estructural para el poder económico: los grandes grupos económicos rara vez son investigados o criticados por los medios del Grupo, que prefieren enfocar en el escándalo menor o la culpa individual.
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Colonización cultural y simbólica: Clarín no solo informa: forma subjetividades. Sus productos (diarios, noticias, entretenimiento) imponen una visión del mundo funcional a los intereses del capital concentrado.
6. ¿Saben lo que hacen?
Sí. Magnetto es un operador político con conciencia total de su rol histórico y estratégico. Desde la dictadura hasta hoy, ha intervenido en decisiones económicas, judiciales, legislativas y culturales con precisión quirúrgica.
No se presenta a elecciones, pero maneja matrices discursivas que inclinan votaciones. No ocupa cargos públicos, pero decide qué políticas son viables y cuáles serán destruidas mediáticamente. Su poder no es técnico ni simbólico solamente: es real, económico, territorial y cultural.
La apropiación de Papel Prensa no fue un accidente, ni la concentración mediática una consecuencia inesperada: fueron acciones deliberadas para transformar a Clarín en el instrumento de legitimación y blindaje del modelo de saqueo estructural.
7. Conclusión: su rol en la continuidad del modelo de país
Héctor Magnetto es el garante discursivo del saqueo. Su grupo no extrae soja, ni fuga dólares, ni vende bonos. Pero crea el clima para que todo eso ocurra con aceptación social, con resignación o con silencio.
Sin su aparato de medios, muchas de las políticas que empobrecieron a la Argentina no habrían podido sostenerse. Su rol ha sido permitir que el poder económico opere sin freno, mientras se demoniza a quienes intentan resistir, organizar o proponer alternativas.
El Grupo Clarín es, en definitiva, una pieza central en la maquinaria de captura de la soberanía argentina. No con armas, ni con tratados, sino con titulares, noticieros y ficciones que colonizan el sentido común. Por eso, hablar de Magnetto no es hablar de un empresario: es hablar de la voz con la que el poder dice que no hay otra opción.
🔁 Contracara: ¿Cómo sería este rol al servicio del desarrollo nacional?
Un conglomerado mediático como Clarín podría cumplir un rol central en la construcción de una democracia profunda y una ciudadanía crítica.
El problema no es tener un medio grande: el problema es usarlo como herramienta de disciplinamiento, manipulación y blindaje del poder económico.
Un Magnetto comprometido con el país podría haber:
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Defendido la libertad de expresión para todos, no solo para su grupo.
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Usado su capacidad de llegada para promover pensamiento crítico, educación pública, conciencia histórica y debates reales.
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Acompañado procesos populares con información honesta, en lugar de estigmatizar a los sectores pobres o a los movimientos emancipatorios.
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Garantizado pluralismo en la propiedad y en los contenidos, no concentración y voz única.
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Renunciado a usar su poder mediático para obtener beneficios regulatorios, judiciales o económicos (como la fusión con Telecom, Papel Prensa, etc.).
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Promovido una ley de medios democrática y federal, en vez de bloquearla por intereses corporativos.
Un medio como Clarín, al servicio del país, podría haber sido un faro cultural, educativo y federal, un espacio donde la verdad no dependiera del mercado, sino del interés colectivo.
Pero eligieron la extorsión, la operación y la alianza con lo más oscuro del poder económico y judicial, vaciando la democracia desde adentro, mientras exigían libertad solo para sí mismos.
La libertad de prensa no es la libertad de empresa, y el periodismo no es el negocio de colonizar cabezas.