📘 Capítulo: Javier Milei

La ofensiva ideológica como forma de entrega


1. Origen y consolidación del actor

Javier Milei irrumpió en la escena pública argentina como economista mediático a partir de 2015, con un discurso que combinaba ultraliberalismo económico, desprecio por la política tradicional y una retórica de choque contra el Estado. Su ascenso como figura presidencial se consolidó en 2021 con su elección como diputado y culminó en 2023 con su elección como Presidente de la Nación.

Detrás de su figura disruptiva se alinearon intereses económicos específicos: sectores financieros, agroexportadores, corporaciones extranjeras, fondos de inversión y think tanks globales como Atlas Network. Su discurso “anti-casta” encubrió una agenda de apertura absoluta, desregulación extrema y eliminación de controles sobre el capital.


2. Sectores donde opera

  • Política nacional (Poder Ejecutivo).

  • Sistema regulatorio y fiscal (decretos, reformas, privatizaciones).

  • Relación directa con organismos multilaterales (FMI, BID).

  • Integración discursiva al esquema global libertario.


3. Métodos de extracción o concentración

  • Desregulación masiva y simultánea (DNU 70/2023, Ley Bases): apertura total de sectores estratégicos.

  • Entrega de recursos naturales a capitales privados y extranjeros sin regulación ambiental ni beneficio nacional.

  • Reducción a cero del rol del Estado en áreas claves como salud, educación, ciencia y tecnología.

  • Transferencia acelerada de riqueza vía tarifazos, megadevaluación y licuación salarial.

  • Blindaje judicial y mediático, articulado con actores del poder económico.


4. Vínculos políticos y redes de poder

  • Apoyo activo de grupos financieros como Caputo Hermanos, fondos de inversión, y corporaciones extranjeras.

  • Relación funcional con el FMI y el Tesoro estadounidense.

  • Inserción en la red internacional Atlas Network y sus derivados latinoamericanos.

  • Alianzas tácticas con sectores del PRO, parte del radicalismo y el poder económico concentrado.

  • Relación simbólica con Jair Bolsonaro y otros referentes de la ultraderecha regional.


5. Consecuencias para el país y la sociedad

  • Pérdida de soberanía política y económica.

  • Paupérrima redistribución del ingreso: transferencia masiva de recursos desde el pueblo trabajador hacia grandes grupos concentrados.

  • Destrucción del entramado productivo nacional, especialmente pymes, cooperativas y ciencia local.

  • Ruptura del tejido social: desempleo, hambre, violencia institucional.

  • Debilitamiento irreversible del Estado como instrumento de justicia.


6. ¿Sabe lo que hace?

Sí. Milei no es un loco suelto ni un improvisado. Su programa está planificado y forma parte de una estrategia de shock que replica experiencias pasadas (Chile 1973, Argentina 1976) y actuales (El Salvador, Guatemala, etc.).

Sabe que su discurso violento confunde al pueblo mientras avanza la transferencia ordenada de soberanía hacia los grandes intereses financieros internacionales. Cada paso está diseñado con asesoramiento legal, comunicacional y económico internacional.


7. Conclusión: su rol en la continuidad del modelo de país

Milei no representa una ruptura con el modelo de saqueo: lo representa en su fase más descarnada, más programática y más acelerada. Es la “terapia de choque” del capital transnacional, con forma de show, con lenguaje de TikTok, pero con efectos reales y devastadores.

Es el administrador que acelera la entrega, concentra el poder, y aísla al pueblo de sus herramientas de defensa.

Por eso, es urgente entender que no vino a dinamitar la casta, sino a dinamitar la Argentina como proyecto común.


🔁 Contracara: ¿Cómo sería este rol al servicio del desarrollo nacional?

Un Presidente con carisma, llegada masiva, y voluntad de ruptura con la vieja política podría haber sido el gran reformador argentino, pero desde abajo, desde la justicia, desde la soberanía.

Un Milei patriótico podría haber:

  • Dicho la verdad sobre el saqueo estructural y enfrentado a los verdaderos responsables.

  • Convocado a una asamblea nacional popular para redefinir el rumbo económico, con participación social real.

  • Reforzado al Estado para administrar con eficiencia los recursos clave, en lugar de destruirlo.

  • Utilizado su fuerza discursiva para despertar conciencia, no para confundir.

  • Impulsado una revolución educativa, tecnológica y productiva, centrada en el trabajo argentino.

Podría haber sido un nuevo Mosconi, un nuevo Yrigoyen, un nuevo Savio. Eligieron ser el rematador.

Porque la historia no la escriben los discursos: la escriben las decisiones.