📘 Capítulo: Mauricio Macri

El gerente del poder real: saqueo financiero, deuda y blindaje político


1. Origen y consolidación del actor

Mauricio Macri, nacido en 1959, es hijo de Franco Macri, empresario ítalo-argentino que hizo su fortuna como contratista del Estado durante las dictaduras militares y los gobiernos democráticos afines al capital concentrado. Mauricio se formó en esa matriz: el cruce entre política, negocios y favores estatales.

Fue presidente del holding Socma–Sideco, con intereses en recolección de residuos (Manliba), correo, autopistas, automotrices y construcción. En los 90 fue beneficiado por privatizaciones (Correo Argentino) y licitaciones de obra pública. En los 2000 incursionó en política: jefe de gobierno porteño (2007–2015) y luego presidente de la Nación (2015–2019).

No llega al poder como outsider, sino como representante directo del empresariado argentino más alineado con intereses financieros globales y promotor de una Argentina integrada al sistema mundial como proveedor de recursos y receptor de deuda.


2. Sectores donde opera

Mauricio Macri, como individuo y como gobierno, operó en múltiples frentes estratégicos para el modelo de saqueo:

  • Finanzas y deuda externa: colocación récord de bonos, regreso al FMI, fuga masiva.

  • Privatizaciones encubiertas: retiro del Estado, apertura al mercado en energía, transporte, comunicaciones.

  • Infraestructura y contratismo: beneficio directo a grupos como IECSA (de su primo Calcaterra), Caputo y Techint.

  • Explotación energética: subsidios y desregulación para PAE, Shell, Total, Vista Oil y otras.

  • Agro y exportación primaria: eliminación de retenciones, promoción de la soja, entrega de puertos.

  • Justicia, medios y espionaje: armado de un aparato de control político/judicial mediático.

  • Relaciones internacionales: alineamiento con EE.UU., Reino Unido, Israel, fondos buitres y CIADI.


3. Métodos de extracción o concentración

Su gestión presidencial operó como ingeniería política para consolidar un modelo de entrega sin obstáculos internos ni soberanía real:

  • Apertura financiera sin regulaciones: levantó el cepo cambiario y permitió la libre entrada y salida de capitales, lo que generó un ciclo brutal de endeudamiento y fuga.

  • Endeudamiento récord: en solo 4 años, emitió más de 100.000 millones de dólares de deuda, incluyendo el mayor préstamo de la historia del FMI (57.000 millones).

  • Fuga legal e institucionalizada: el propio Banco Central (Caputo, Sturzenegger) habilitó la bicicleta financiera con tasas altísimas en pesos y libre salida en dólares.

  • Acuerdo con fondos buitres: se pagó lo exigido, con honorarios exorbitantes para abogados cercanos al macrismo.

  • Subsidios selectivos: se eliminaron subsidios al transporte y energía para la población, pero se mantuvieron o ampliaron para grandes empresas.

  • Reforma laboral y previsional frustradas: impulsó reformas regresivas que solo el conflicto social impidió avanzar del todo.

  • Red de corrupción estructural: benefició a amigos del poder (Caputo, Mindlin, Calcaterra) mediante obra pública, tarifazos y licitaciones direccionadas.


4. Vínculos políticos y redes de poder

Macri es el operador político más articulado con el poder económico concentrado desde la dictadura:

  • Vínculo orgánico con el empresariado: Techint, Clarín, Bulgheroni, Caputo, Mindlin, PAE, IRSA, entre otros.

  • Apoyo mediático total: Grupo Clarín, La Nación y medios concentrados blindaron su figura durante años, ocultando errores, persecuciones y negociados.

  • Relaciones exteriores:

    • EE.UU. (Trump, fondos de inversión, CIA, FMI).

    • Reino Unido (renuncia a reclamos por Malvinas).

    • Israel (alianza geopolítica y negocios de inteligencia).

  • Relación con el poder judicial: armó mesas judiciales, nombró jueces por decreto, usó la AFI para operaciones de inteligencia y disciplinamiento opositor.

  • Fondos de inversión: BlackRock, Templeton, PIMCO, Morgan Stanley, entre otros, fueron beneficiados con la emisión y recompra de deuda argentina.

  • CIADI y organismos internacionales: garantizó pago a empresas extranjeras y respeto a los tratados de inversión.


5. Consecuencias para el país y la sociedad

El gobierno de Macri reinstaló la lógica colonial financiera:

  • Fuga por más de 86.000 millones de dólares entre 2016 y 2019, con deuda que quedó en el Estado y ganancias en bancos y fondos.

  • Desempleo, inflación y caída salarial: el poder adquisitivo cayó más de 20%, la pobreza superó el 35%.

  • Desindustrialización: cierre de más de 25.000 PYMEs, caída de la producción nacional.

  • Endeudamiento eterno: el acuerdo con el FMI ató la política económica futura durante décadas.

  • Normalización del espionaje y lawfare: persecución judicial selectiva contra opositores, con apoyo mediático.

  • Desmantelamiento institucional: se degradaron ministerios clave (Salud, Ciencia, Trabajo), se desfinanciaron políticas públicas y se reconfiguró el Estado como gestor de negocios privados.


6. ¿Sabe lo que hace?

Sí. Macri no es un improvisado ni un inepto, como muchas veces se lo presenta para suavizar su responsabilidad. Es un operador lúcido del modelo neoliberal argentino. Sabe cómo funcionan las finanzas, los mercados, el empresariado local y las lógicas internacionales de subordinación.

Fue puesto ahí para hacer lo que hizo: garantizar que el poder económico concentrado retomara el control del Estado, que el país se endeudara para sostener su saqueo, y que la renta nacional volviera a fluir hacia el exterior sin obstáculos políticos ni sociales.

Sus vínculos con bancos offshore, su defensa del CIADI, su conexión con fondos de inversión y sus políticas internas no son errores: son estrategia.


7. Conclusión: su rol en la continuidad del modelo de país

Mauricio Macri representa el regreso del gerente al sillón presidencial. No vino a discutir un modelo: vino a implementar el que siempre rigió desde las sombras.

Es el puente entre la dictadura y el presente, entre Cavallo y Caputo, entre Martínez de Hoz y BlackRock, entre el saqueo del subsuelo y el vaciamiento del Estado.

Con él, el poder real ya no necesitó operadores intermedios: gobernó directamente, diseñó las reglas, ejecutó la deuda, blindó a los bancos, reprimió al pueblo y preparó el terreno para más ajuste, más entrega y más dependencia.

Nombrar su rol es fundamental para entender por qué no alcanza con cambiar de gobierno si no se desarma el aparato estructural del poder que él consolidó.


🔁 Contracara: ¿Cómo sería este rol al servicio del desarrollo nacional?

Un presidente con el nivel de apoyo, blindaje mediático y respaldo internacional que tuvo Mauricio Macri podría haber usado ese capital político para reconstruir la Argentina productiva, federal y soberana, que tanto necesita bases duraderas.

No estaba predestinado a endeudar y fugar: eligió ese camino, cuando pudo haber hecho otra cosa.

Una contracara nacional de su presidencia habría implicado:

  • Poner el capital y la experiencia empresarial al servicio de una burguesía nacional moderna, no del saqueo financiero.

  • Convocar un gran pacto social y productivo con trabajadores, empresarios, científicos y provincias, en vez de gobernar para el círculo rojo.

  • Limitar la fuga de capitales, proteger la moneda y ordenar las tarifas con criterio social y no como shock para los pobres.

  • Recuperar el crédito externo para infraestructura real, no para timba financiera.

  • Usar sus vínculos internacionales para negociar condiciones favorables con el mundo, no para subordinarse al FMI en tiempo récord.

  • Modernizar el Estado con eficiencia republicana y tecnología, no con despidos masivos ni ajuste brutal.

Macri tenía todo el poder para ser el gran modernizador nacional, el que uniera inversión, tecnología y bienestar.
Pero eligió representar al capital más egoísta, fugador y antinacional que haya conocido la historia democrática reciente.

Porque el problema no es haber sido empresario, ni ser liberal, ni haber sido votado:
el problema es haber tenido el país en sus manos, y usarlo como activo financiero de un grupo de amigos.